q rico follan

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miércoles, 15 de junio de 2011

Capìtulo 23








Tras acostarse con su amado, Jose esta feliz. En el fondo quiere pensar que todo ha sido una broma pero mientras se abrocha los pantalones Fernando se le ríe y dice:
--¿lo ves? Eres una puta. Cualquier hombre puede coger contigo si quiere, ¿que culpa tengo yo que no te hagas respectar? Y ahora ve, corre y dile a tu hermana que te has acostado con el padre de su hijo.
Una vez más Fernando lo ha matado. Lo llena de vergüenza. A Jose le da horror que Fernando haga lo mismo que con él a su hermana y no quiere que Paula arruine su vida uniéndose a ese hombre como le ha pasado a él. Esta seguro que para Paula Fernando ha sido como quitarle un juguete pero que no se imagina que cruel es la realidad.
--te odio --llora Jose
--si claro --dice Fernando burlón y subiéndose la cremallera.
--¿¿porque ella y no yo?¿es para no salir del armario? ¿no quieres que sepan que eres gay?
Fernando mira con odio a Jose y dice:
--¡A mi no me insultes, aquí el único maricón eres tú¡ ¡el único que tiene de qué avergonzarse eres tú porque no sólo eres marica sino puta¡
Jose habla muy dolido:
--¡yo llegue a ti virgen y ella no era virgen. No es la primera vez que se acuesta con un novio mío¡
Nada borra esa sonrisa ironía del rostro de Fernando:
--Es una puta pero lista, se ha preñado de mi.
--y porque casarte con ella? --herido de muerte.
--porque espera una niña y las niñas son diferentes. No quiero que ningún hombre le falte el respecto a mi hija por tener una madre puta . Sin olvidar lo putísima que es la marica de su tío, es decir tú.
Fernando habla con burla, con desprecio. Está lastimando a Jose que tiene el rostro lleno de lágrimas y los pantalones y los bóxers en los pies. Jose le pega y Fernando le besa. Jose se derrite en sus brazos y Fernando se aparta con desprecio. Le hace sentir que lo puede tomar y dejar cuando él quiera. Jose está desesperado. Muy hiriente Fernando le dice:
--¿¿como quieres que me case con una marica que no vale nada ¡¡eres una puta¡ ¡¡no me molestes más o le tendré que decir a tu padre que has ejercido la prostitucion¡
--¡¡tu me obligabas¡ --con odio.
Fernando se hace el bueno:
--¿yo? No, perdona la puta eres tú. El que querías eres tú.
Jose parece que por fin ha visto la verdadera cara de Fernando y no está dispuesto a perdonarle ninguna mas.
--¡¡quédate con mi hermana, con todo el dinero de mi padre pero a mi me dejas en paz¡¡ jamás¡¡jamás me volveras a tener¡¡¡¡te largas de mi casa¡¡
Y de nuevo Fernando sonríe:
--Te tendré las veces quiere. Y No, el que te vas eres tú.
--¿¿estás loco?
Jose no entiende lo que pretende Fernando y con una sonrisa éste saca de un maletín con llave un documento. Esta la firma de Jose. Es una sesión de la casa.
--¡¡a parte de puta idiota¡¡¡¡¿no te han enseñado que no se debe firmar nada sin leer?
Jose no sabe bien cómo. Confiaba tanto en Fernando que hacia lo que él le decía. Ni recordaba haberle firmado nada pero Fernando tiene incluso ya la escritura de la casa a su nombre. Jose monta en cólera pero siente que perder la casa de su abuela es lo menos que le ha hecho Fernando.
--¡¡tú ganas. Quédate con mi casa, a ver como se lo justificas a Paula¡
Fernando lo mira amenazante:
--tú estate callado sino quieres que tu familia sepa que eres puta.
Jose llora de odio. Busca en los cajones.
--¿¿donde está el dinero y las tarjetas?
Por la sonrisa de él se da cuenta que no hace falta que busque. No puede más. Llora de rabia. Le golpea el pecho:
--¡¡me has robado¡ ¡¡le has robado a mis hijos¡¿¿no te preocupa Fernandito? ¡¡no es que tu hermano¡ ?
--¡que te calles¡
Fernando golpea con odio a Jose. Luego le agarra de las muñecas y con burla le dice:
--Es el precio justo por regalarte una parte mía, por dejarte criar a mi hermano y por todos estos meses que has gozado de mi cuerpo. Soy demasiado para ti, para que te salga gratis.
Jose está muerto por dentro y lo que más le duele es que parece que a Fernando no le importa. Jose se va con sus dos hijos, no mira atrás. Cuando cierra la puerta dejando a su pasado detrás llora. No imagina el vacio que siente Fernando. Lanza por los aires todo lo que encuentra. Cae al piso llorando de dolor.













Fernando se levanta. Seca sus lágrimas. Recuerda todas las veces que su padre humilló a su madre, todas las veces que dijo que las mujeres no servían para nada.
--¡no voy a llorar por nadie¡ --dice para si.
Luego se desnuda. Se mete en la ducha. El agua fría lo relaja pero su mirada es de hielo. No quiere que nada lo distraiga de sus objetivos. Hundido y sin dinero Jose acude a su casa. Paula disfruta viéndolo solo y hundido. Ana no hace preguntas. Acepta a su hijo y a sus nietos pese a lo que piense su marido. Le duele verlo triste. Ana ayuda a acomodar a los pequeños en una habitación. Luego Jose se acuesta en su vieja cama. En el cuarto que abandonó cuando Susana estaba embarazada de Juliancito. Le parece que ha pasado tanto tiempo. Llora pensando en el infierno que ha vivido junto a Fernando y pese a todo le duele haberlo perdido.

En la mañana siguiente, Fernando va a buscar a su madre aprovechando que su padre no está. Le dice que es libre, que él tiene una casa para ella y que no acepta un no. Fernando le muestra la escritura de la casa:
--es viejita pero estarás cómoda.
También le da una tarjeta.
--con lo que he ahorrado tienes para vivir sin trabajar.
Amaya está muy impresionada.
--y de donde lo has sacado?
--lo que te tiene que importar es que dinero no te faltará.
Fernando besa a su madre en la mejilla.
--vamos a hacer tu maleta. Ya no tienes que vivir con ese monstruo.
Amaya llora. No puede creer que sea libre y ahora que sabe que no es una carga para su hijo se va con él. Viendo a su madre libre de su padre e instalada en la casa que heredó Jose, Fernando siente que no ha hecho las cosas tan mal.

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