q rico follan

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martes, 26 de abril de 2011

Capitulo 16











Los días pasan con altibajos. Jose es feliz al lado de Fernando pero hay una sombra. Acostumbrado a que su madre lo trataba como un príncipe Jose no está acostumbrado a hacer nada y Fernando lo trata como si fuera su criado. Tiene que ir al hospital para estar pendiente de Juliancito y cuando llega a casa ir a la compra, hacerlo todo en la casa. Pero no se queja. Siente que Fernando se lo merece todo. Quiere tenerlo con él. Quiere hacerlo feliz. Le quiere dar un voto de confianza. Pese a todo siente que la vida al lado de ese hombre que lo marcó años atrás es linda. Después de como salió de su vida jamás se hubiera imaginado que vivirían juntos. Es feliz pasando todas las noches con él. Dormir y despertar en sus brazos. Ser su pareja en todos los sentidos. Le gusta tener una convivencia con él pero a veces lo nota distante. No le gusta cuando habla del pequeño Juliancito al que llama el bastardo y que dice que lo mejor para el pequeño seria morir. Jose se enoja pero la sonrisa sensual de Fernando hace que se olvide de todo y se entregue a su loca lujuria. Pese a todo le gusta estar con Fernando. Quiere que esta convivencia salga bien. Se siente bien entre sus brazos pero le preocupa no saber lo que realmente pasa en su interior. Fernando vive en la casa como si fuera un hotel. Fornica, come, duerme pero no lo trata como Jose quisiera. Jose trata de tener una conversación con él.
--que haces cuando estas fuera de casa?
--trabajo --dice frio.
--de qué?
--No te importa.
Muchas veces se va de madrugada y no regresa hasta la noche y a Jose le duele no saber donde está ni con quien. Jose quiere confiar en él pero aunque su sensual mirada le atrae también le hace desconfiar.
--me amas?
Fernando lo mira seductor. Lo va arrastrando hacia la cama.
--¿a caso no te lo demuestro todas las noches? -dice pícaro.
--no me hagas sufrir. No lo soportaría --le suplica Jose
Mientras lo va desnudando con cara de depravado Fernando le dice:
--estoy loco por ti pero es que tengo mucho trabajo.
Jose lo abraza y no deja de repetirle lo mucho que lo ama. Fernando lo mira orgulloso y le dice:
--Vuèlvemelo a decir, a mi ego le encanta.
Jose está a sus pies y ya no le importa que él lo sepa. Fernando lo domina totalmente. Jose ha puesto su vida en sus manos. Fernando lo sabe y lo goza. Y es que Jose lo ama demasiado como para arriesgarse a perderlo.








Días después… Jose llega feliz a la casa con Juliancito al que ya le han dado el alta. Todo está sucio. Fernando ve la tele con los pies en una mesita. Toma una cerveza. Lo ignora.
--mira, es mi hijo, se llama Juliancito --dice con emoción.
Y Fernando como si le hubiera dicho: mira lo que compré. Sin ni mirarlos y con reproche le dice:
--por fin ya era hora. ¡¡esto está hecho un asco¡ ¡¡no me has dejado dinero ni nada para comer¡ ¡¡deja a ese bastardo, limpia. y prepárame la comida.¡
Jose se queda de piedra.
--¡Juliancito acaba de salir del hospital¡ --reclama.
Con desprecio Fernando le dice:
--ese bastardo es tu problema, es el padre el que debería ocuparse de él no un maricón como tú.
--¡Es mi hijo¡ --Jose dolido.
Fernando se le ríe:
--¿es que te vas a creer tus propias mentiras?
Jose ama a ese hombre y le duela que no comparta su amor por ese pequeño. Su sueño es que ambos lo adoptaran pero ya ve que no va a ser posible. Muy triste, Jose besa a ese pequeño. Lo siente su hijo, es ya su hijo y no lo va a desamparar.
--Ya tienes al bastardo. Ahora ocúpate de tu hombre.
Como que Jose lo mira dolido Fernando le dice:
--en la noche tendrás que premio --dice amoroso.
Sin moverse de su sitio le guiña el ojo:
--venga apúrate.
Jose deja al bebé en el cuarto que le ha preparado. Lo mira con cariño.
--¡Jose, --grita Fer desde el salón-- tengo hambre.¡
Jose siente que es la gota que colma el vaso y baja a decirle a Fernando que cambie su actitud o se vaya y se encuentra con la sonrisa de Fernando.
--atiéndeme.¿no?
Jose se derrite. Se sienta en el sofá junto a él. Le toma de la mano. Lo mira enamorado.
--te amo, lo sabes ¿no?
Fernando fuerza una sonrisa:
--¿me preparas algo de comer?
El amor que siente hacia Fernando le dan ánimos para limpiar toda la casa. Juliancito llora seguido. Sus llantos ponen histérico a Fernando.
--¡¡que el bastardo se calle.¡
Jose le suplica que lo ayude pero Fernando se niega:
--¡¡es tu bastardo. Ese bebé no es nada mío¡ --dice Fernando con desprecio.
A Jose le duele el desprecio de su amado por el pequeño pero el amor que siente por Fernando es fuerte. Es un amor que lo tiene prisionero. Prisionero de los caprichos de Fernando. Jose tiene que subir las escaleras para atender a su hijo, bajar para seguir limpiando.

En la noche Jose cae rendido a la cama. No tiene fuerzas para nada. Le duele que su hijo duerma solo.
--porque no entramos la cuna. ? almenos unos días.
Fernando se está desnudando al lado de la cama. Es muy hiriente.
--¡no me dejaría dormir con sus berridos de bastardo¡
Fernando sólo piensa en hacer el amor. Se mete en la cama desnudo. Le retuerce los testículos a Jose.
--¡¡me encantan tus huevos llenos de leche¡
Esta muy excitado. A Jose no le apetece.
--quiero dormir.--le suplica Jose
Pero Fernando nunca acepta un no por respuesta:
--si quieres tu no hagas nada –dice mientras se la va chupando.
Fernando es muy apasionado. Le encanta Jose. Disfruta de ese cuerpo que se le ofrece rendido. Se besan apasionadamente. Los interrumpe el llanto del pequeño. Fernando se aparta con disgusto.
--¡¡haz que ese maldito bastardo se calle o lo tiro por la ventana¡ --Fernando con rabia.








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