Capítulo 22

Con ese bebé que Fernando ha puesto en sus brazos, Jose estaba seguro que nadie destruiría su felicidad pero ahora se da cuenta que Fernando sólo ha jugado con él. Piensa que nunca debió dejar de odiarlo como lo ha odiado durante años, que nunca debió abrirle su corazón Se da cuenta que su sexto sentido que le decía que no confiara en él no lo engañaba. Lo sentía su marido, tiene un hijo de la sangre de Fernando. Viven juntos y ahora está él ahí muy sonriente anunciando su boda con Paula. Y Jose ahí con sus dos hijos. Jose no puede creer el descaro y la frialdad de Fernando que se acerca a él. Le da la mano como si no lo conociera. Mira a los niños.
--¿los dos son tus hijos?
Luego acaricia la cabeza de los pequeños:
--¿¿son gemelitos?
Jose se desmaya en sus brazos. Es el propio Fernando el que lleva a Jose hasta el sofá. Ana es la única que se preocupa por su hijo.
--¿¿que le habrá pasado? --pregunta Paula con ironía.
Ella y Fernando se miran con complicidad. Jose recobra el conocimiento. No hace caso a su madre. Fulmina con la mirada a Fernando que con ironía le pregunta:
--¿que te ha pasado, cuñado?
Jose siente tanto asco que no puede creer que haya dejado humillarse tanto por un hombre tan detestable.
Jose se ha quedado en shock. En la petición de mano de Paula quiere gritar al mundo que el novio es su "marido". Jose esta desesperado. No puede permitir que Fernando arruine la vida de su hermana como ha arruinado la de él. Fernando no se mueve del lado de Paula. La besa, la acaricia. Hablan de la boda. Fernando la trata como Jose siempre quiso que lo tratara y nunca lo hizo. La cena es horrible. Cada caricia es una puñalada para Jose. Fernando de vez en cuando mira a Jose y le sonríe. Sabe que eso lo derrite. El hombre confía demasiado en su arte de la seducción y sabe que Jose no se atreverá a hacer estallar la bomba. Ana quiere que su hijo se quede a dormir pero Jose está demasiado aturdido. Paula disfruta con el desconcierto de su hermano:
--¿¿quieres que te lleve Fernando? Mi novio tiene un buen auto.
Jose siente que va a volver a desmayarse. Fernando le hace gestos a Jose para que diga nada. Se va solo en un taxi. Ana la ayuda a montarse con los niños se queda preocupada pero Jose le dice que está bien.










Al llegar a la casa Jose comprueba que las cosas de Fernando siguen en el cuarto. Llora y lo maldice. Siente que nunca ha odiado a nadie como a él. Ni ha amado como a él porque pese a todo lo ama irremediablemente. Tarda pero Fernando llega como si nada y con un octogenario cliente. Jose le exige al recién llegado que se vaya.
--¡¡tengo que hablar a solas con mi marido¡
Jose y Fernando se miran desafiantes.
--¡¡hasta que no cumplas con tus obligaciones nada¡





Una vez más Jose se traga su orgullo y accede a prostituirse. Fernando se queda en el salón sonriente. Jose llora por dentro. No soporta la sonrisa de los clientes luego. Jose se ducha. Necesita sacarse ese olor. Fernando lo espera con una sonrisa cínica. Le muestra el dinero:
--¡¡te lo has ganado¡
Esta vez su sonrisa cínica no causa efecto en Jose que le tira el dinero a la cara y comienza a insultarlo. Fernando se hace la víctima:
--¡¡esta visto que contigo no se puede hablar¡¡ ¡me voy a dormir¡
Jose no puede creerse que se comporte de esa manera. Le agarra del brazo y le exige una explicación. Por un momento Jose cree que va a ser tan caradura de negarlo todo. Con una sonrisa irónica le suelta:
--Yo no tengo nada que explicar y si tú le abres el culo a cualquiera sin preguntar si son libres pues no es mi problema. Yo sólo te he dado lo que querías.
--¡¡¡creí que éramos una familia¡
Jose habla decepcionado y Fernando se le ríe.
--¿¿como quieres que te tome en serio si trabajas de puta? El que a mi no me cobres porque yo te consigo los clientes y me estas agradecido no quiere decir nada.
--¡¡eres un miserable.¡ ¡¡lo que he hecho lo he hecho por amor¡
Jose está furioso y Fernando se le sigue riendo.
--¿¿¿amor? --dice con burla-- ¡¡tú no entiendes de amor, solo entiendes de vergas. Eres una puta maricona, lo llevas en la sangre ¡¡yo solo te he puesto en tu lugar¡
Jose lo quiere bofetear pero Fernando le agarra el brazo y se lo retuerce. Jose cae de rodillas a los pies Fernando mientras él se ríe.
--¡¡deberías pedirme perdón a mi¡ ¡¡yo he dado mucho por ti y tú sólo me reclamas¡
Fernando no lo suelta y pese a que lo lastima le obliga a que siga de rodillas.
--¡¡no te saldrás con la tuya¡¡ ¡no dejaré que te cases con mi hermana¡ --llora Jose.
Fernando se burla de Jose:
--¿que le vas a decir? ¿que te acuestas con su novio después de hacerlo con tus clientes pero que a mi no me cobras? Tus padres nunca te lo perdonarían ¿te imaginas? Un hijo maricón que trabaja de puta.
--¡¡hablaré con Paula. Ella te dejará cuando sepa que vivías conmigo¡ --Jose furioso.
Fernando de nuevo se burla de Jose:
--¡¡tu hermana es tan puta como tú. Se me metió en la cama, porque era como un juguete para ella, sabiendo que vivía contigo¡ ¡¡lo hicimos en tu misma cama¡ ¡¡y no sólo eso, me hizo creer que se cuidaba para retenerme con un hijo ¡¡¡como sois¡ --dice con desprecio-- ¿¿y vuestra madre también es puta?
Jose lo quiere golpear pero Fernando le da un empujón:
--No quiero que vuestros padres pasen por esa pena y además Paula tiene más que ofrecerme¡ ¡¡tú sólo tienes esta casa que se cae a trozos y en cambio es la principal heredera de tu padre.
--¡¡basura¡ ¡¡te voy a destruir¡ --Jose con odio.
--tus padres no tolerarán que no nos casamos. ¿quieres que tu sobrino sea un hijo de puta como los tuyos? con 2 bastardos en la familia es suficiente.
Jose llora sangre pero está furioso.
--¡¡esa criatura que está por nacer no tiene la culpa de la semilla endemoniada que lleva. Es mejor crecer sin un padre que crecer con un padre como tú¡
--¡Tu hermana me va a dejar mi único hijo y eso te da rabia pero tranquilo, Fernandito lleva mi sangre, es mi hermano bastardo¡ ¿con tus hijos también te vas a acostar cuando sean mayores? Con lo pervertido que eres no me extrañaría. Por eso los has adoptado.
Jose lo mira con odio y le escupe en la cara. Fernando le agarra la cabeza con rabia. Le hace daño. Le hace el amor como una bestia, ahí mismo. En la mesa del salón.